ExperimentoDe Wikipedia, la enciclopedia libre Saltar a navegación, búsqueda Un experimento es un procedimiento mediante el cual se trata de comprobar (confirmar o verificar) una o varias hipótesis relacionadas con un determinado fenómeno, mediante la manipulación de la(s) variables que presumiblemente son su causa. La experimentación constituye uno de los elementos claves del método científico y es fundamental para ofrecer explicaciones causales. En un experimento se consideran todas las variables relevantes que intervienen en el fenómeno, mediante la manipulación de las que presumiblemente son su causa, el control de las variables extrañas y la aleatorización de las restantes. Estos procedimientos pueden variar mucho según las disciplinas (no es igual en Física que en Psicología, por ejemplo), pero persiguen el mismo objetivo: excluir explicaciones alternativas (diferentes a la variable manipulada) en la explicación de los resultados. Este aspecto se conoce como validez interna del experimento, la cual aumenta cuando el experimento es replicado por otros investigadores y se obtienen los mismos resultados. Cada repetición del experimento se llama prueba o ensayo.
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Pruebas de sustancias quimicas La Comisión Europea ha propuesto una nueva Política de Sustancias Químicas de la UE para las sustancias químicas existentes (las sustancias ya en el mercado antes de 1981), que significa el más grande programa de pruebas con animales en masa de la historia de Europa, sometiendo a muchos millones de animales de laboratorio a horribles experimentos de envenenamiento. Sin el uso de alternativas sin animales (in vitro), el programa de pruebas de la Comisión provocará una enorme cantidad de sufrimiento animal a variedad de especies incluyendo ratones, ratas, hámsters, conejos de indias, conejos, pájaros, peces, mini-cerdos y perros. Los típicos ejemplos son las pruebas de carcinogenidad en que los animales, normalmente ratas y ratones, se utilizan en estudios de alimentación que duran toda su vida para probar las sustancias que provocan cáncer. También son frecuentes las pruebas teratogénicas para estudiar los defectos de nacimiento en que las sustancias químicas se introducen en los animales embarazados para estudiar los efectos en el feto o en las crías. También se utilizaran pruebas a más corto plazo de toxicidad. Estas pruebas crueles pueden provocar a los animales sufrimiento por convulsiones, dolores abdominales severos, ataques, temblores y diarrea; pueden sangrar de los ojos, boca o genitales, vomitar sin control, paralizarse, perder las funciones de los riñones y caer en coma. Las pruebas de toxicidad en animales (envenenamientos) son crueles, científicamente no fiables y no pueden ser utilizados para predecir como reaccionarán los seres humanos a una sustancia química. Las notables diferencias en la anatomía, fisiología, metabolismo y bioquímica, hacen que la extrapolación de los resultados de una especie a otra sea en el mejor caso no fiable, y en el peor, peligrosa. La mayoría de las pruebas con animales utilizadas actualmente nunca han sido científicamente validadas para demostrar su precisión, importancia y repetitividad, y algunas han suspendido la validación retrospectiva. Contrariamente, las técnicas alternativas sin animales (in vitro) son más éticas, fiables, y a menudo más rápidas y baratas de llevar a cabo. Los experimentos con animales deberían ser eliminados de los regímenes de pruebas que resultarán de la Política de Sustancias Químicas de la UE propuesta por la Comisión Europea, y sustituidos por alternativas in vitro. Como parte de esta política, es clave el aumento sustancial de la financiación para el rápido desarrollo y validación de pruebas in vitro prioritarias. Esto animaría a la innovación y beneficiaría a los inversores preocupados por la seguridad humana, la protección del medio ambiente, el bienestar animal y la confianza de los consumidores. Pruebas de sustancias quimicas La Comisión Europea ha propuesto una nueva Política de Sustancias Químicas de la UE para las sustancias químicas existentes (las sustancias ya en el mercado antes de 1981), que significa el más grande programa de pruebas con animales en masa de la historia de Europa, sometiendo a muchos millones de animales de laboratorio a horribles experimentos de envenenamiento. Sin el uso de alternativas sin animales (in vitro), el programa de pruebas de la Comisión provocará una enorme cantidad de sufrimiento animal a variedad de especies incluyendo ratones, ratas, hámsters, conejos de indias, conejos, pájaros, peces, mini-cerdos y perros. Los típicos ejemplos son las pruebas de carcinogenidad en que los animales, normalmente ratas y ratones, se utilizan en estudios de alimentación que duran toda su vida para probar las sustancias que provocan cáncer. También son frecuentes las pruebas teratogénicas para estudiar los defectos de nacimiento en que las sustancias químicas se introducen en los animales embarazados para estudiar los efectos en el feto o en las crías. También se utilizaran pruebas a más corto plazo de toxicidad. Estas pruebas crueles pueden provocar a los animales sufrimiento por convulsiones, dolores abdominales severos, ataques, temblores y diarrea; pueden sangrar de los ojos, boca o genitales, vomitar sin control, paralizarse, perder las funciones de los riñones y caer en coma. Las pruebas de toxicidad en animales (envenenamientos) son crueles, científicamente no fiables y no pueden ser utilizados para predecir como reaccionarán los seres humanos a una sustancia química. Las notables diferencias en la anatomía, fisiología, metabolismo y bioquímica, hacen que la extrapolación de los resultados de una especie a otra sea en el mejor caso no fiable, y en el peor, peligrosa. La mayoría de las pruebas con animales utilizadas actualmente nunca han sido científicamente validadas para demostrar su precisión, importancia y repetitividad, y algunas han suspendido la validación retrospectiva. Contrariamente, las técnicas alternativas sin animales (in vitro) son más éticas, fiables, y a menudo más rápidas y baratas de llevar a cabo. Los experimentos con animales deberían ser eliminados de los regímenes de pruebas que resultarán de la Política de Sustancias Químicas de la UE propuesta por la Comisión Europea, y sustituidos por alternativas in vitro. Como parte de esta política, es clave el aumento sustancial de la financiación para el rápido desarrollo y validación de pruebas in vitro prioritarias. Esto animaría a la innovación y beneficiaría a los inversores preocupados por la seguridad humana, la protección del medio ambiente, el bienestar animal y la confianza de los consumidores.
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